Su origen lo podemos encontrar en China, hace más de 3.000 años. Esta fruta pertenece a la temproada de primavera-verano. Es dulce y jugosa, tiene hueso en la zona central y su piel es aterciopelada. Pertenece a la familia botánica de las rosáceas al igual que las manzanas.
El árbol que da este fruto es el melocotonero y suele crecer en las zonas templadas ya que son sensibles al frío.