Poseen un ligero sabor anuezado y tienen una textura crujiente. Su cultivo, se remonta a 1588 en Alemania, aunque hay datos que hablan de su consumo en el antiguo Egipcio e incluso que esta planta es originaria de Sicilia y Cerdeña. Pese a todas estas suposiciones, esta planta normalmente se cultiva en la zona templada de Europa. Además de su inconfundible sabor, podemos contarte que los canónigos reúnen las tres vitaminas antioxidantes A, C y E junto a valiosos fitonutrientes. Por otro lado, también se le suma que son ricas en hierro y potasio.