También conocida como achachairú. Puede que aún no os suene, dado que es una fruta tropical que es muy frecuente en el mercado boliviano. Recorrer el mundo para traer este fruto exótico es todo un reto pero es indudable que su sabor merece la pena. Tiene forma de huevo y su color es anaranjado. Su carne, por otro lado, es tierna, dulce y a la vez refrescante. Lo curioso de él es que, puede comerse en fresco, pero también en batidos, helados y postres.